Con la llegada del fresquito, los platos de cuchara empiezan a apetecer. Hoy os proponemos una deliciosa sopa de carne y verduras que no lleva pasta, porque aunque no lo parezca la pasta no es absoluto necesaria en la sopa.
Se trata de una sopa reconstituyente, que te hará entrar en calor al momento, y que no puede ser más rica en nutrientes ni estar más buena. Además es de lo más socorrida por el poco tiempo de cocción que requiere, y admite muchas variaciones tanto en lo que respecta a la carne empleada como a las verduras.
Ingredientes para la receta de sopa de carne y verduras
Ajusta las cantidades a ojo según el número de comensales que seáis:
- 1 pechuga de pollo (puede ser otra carne: cordero, conejo, etc)
- 3-4 dientes de ajo
- Perejil fresco (si no tienes, en especia)
- Especias (las que quieras): orégano, tomillo, romero, pimienta blanca o negra, comino, jengibre…
- Verduras (las que quieras): patata, col, zanahoria, calabacín, judías verdes, col kale, nabo, calabaza, boniatos, setas (shiitake, champiñones, múrgulas…)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Miso (opcional)

Preparación de la receta de sopa de carne y verduras
Cortamos la pechuga en trozos del tamaño aproximado de un bocado y reservamos. Limpiamos y troceamos todas las verduras en dados y reservamos.
En la picadora ponemos 3-4 dientes de ajo (pelados y sin la parte verde) y perejil, si puede ser fresco mejor, si no en especia. Reservamos.
En una olla ponemos un buen chorro de aceite y echamos el pollo, previa salpimentación, para que se fría bien. Cuando esté doradito, añadimos la picada de ajos y perejil, y mezclamos bien con el pollo. A continuación, añadimos todas las verduras, un par de cucharaditas de sal y todas las especias que queramos. Mezclamos todo bien, que se impregne de las especias y la picada, y lo cocinamos todo junto unos 5 minutos.
Añadimos agua justo para cubrir las verduras. Llevamos a ebullición y dejamos a fuego medio 30 minutos. Pasado esté tiempo, dejamos reposar para que se enfríe un poco, y añadimos 1 o 2 cucharaditas colmadas de miso según cómo esté de sal. Removemos bien para que el miso quede integrado y ya se puede servir.

Qué nutrientes lleva esta receta de sopa de carne y verduras
Pollo | Alto aporte en proteínas y moderado aporte en grasas. Proporciona grandes cantidades de vitaminas del grupo B (neuroprotectoras): B1, B2, B3, B6 y B12, además de minerales como el hierro, el magnesio, el zinc, el selenio, el cobalto, el fósforo y el cromo. |
Champiñones | Son la única fuente alimentaria no animal que proporciona vitamina D. Además, aportan vitaminas del grupo B (neuroprotectoras) y selenio, un potente antioxidante. También son fuente de calcio y fibra. |
Calabacín | Alto en agua y fibra, mejora el tránsito intestinal. Rico en vitamina B2, B6 y B9, todas importantes para el cerebro. Rico en vitamina C (antioxidante y antihistamínica) y K (salud ósea). |
Calabaza | Alto contenido en betacarotenos, que reparan las mucosas (como las de los intestinos), y además es muy antioxidante, previniendo la acción de los radicales libres. Es digestiva y refuerza el sistema inmunitario. |
Patata | Es una estupenda fuente de energía ya que es muy rica en hidratos de carbono y tiene un 2% de proteína. Neuroprotectora gracias a su gran aporte en vitaminas B1, B3 y B6. También aporta mucho hierro, selenio, potasio y flúor. Hervidas la noche antes y en nevera 24h se convierten en un probiótico natural. |
Col | Es rica en agua (nos hidrata) y fibra (mejora el tránsito intestinal). También nos aporta vitaminas C, A, E y del grupo B (neuroprotectoras), y minerales como el selenio, el hierro, el magnesio y el potasio entre otros. |
Zanahoria | Es muy antioxidante, rica en betacarotenos y vitamina E. La vitamina E es altamente antioxidante y la vitamina A contribuye a la reparación de las mucosas (por ejemplo, las del intestino). Rica también en vitamina K, fundamental para la salud ósea y la coagulación. |
Ajo | Riquísimo en numerosos minerales: manganeso, selenio, potasio, calcio, cobre, fósforo y hierro. Antioxidante (vitamina C y alicina) y neuroprotector (vitamina B6). En generosas cantidades se considera un alimento paliativo en demencias y enfermedades neurodegenerativas por su alto poder antioxidante. Antibiótico, antifúngico, anticoagulante, antitóxico y regulador de la presión arterial. |
Perejil | Aporta muchísimas vitaminas, siendo la más abundante la vitamina A (que protege las mucosas). También aporta minerales como el calcio, el hierro o el potasio, y flavonoides. |
Comino | El comino aumenta el apetito, con lo que si has perdido peso debido a la enfermedad es un excelente complemento para estimular tu hambre. Es antioxidante (vitamina A y E), y su potasio y magnesio cuidan de tus nervios y músculos. |
Jengibre | El jengibre apacigua el sistema digestivo, previene las náuseas y ayuda a digerir mejor. Alivia el dolor muscular y articular, y es antiinflamatorio. Además mejora la función cerebral. |
Pimienta negra | Es muy rica en magnesio, un mineral que entre otras cosas interviene en muchas síntesis bioquímicas, entre ellas la de la función muscular y la síntesis proteica, esencial para producir dopamina. Incluye todas las vitaminas del grupo B (neuroprotectoras), A (protección de mucosas), C y D (antioxidantes). También aporta potasio, calcio, hierro, zinc, sodio, fósforo y fibra. |
Orégano | Es antioxidante y antiinflamatorio, y calma el sistema digestivo. El aceite de orégano es también un poderoso eubiótico: es capaz de eliminar las bacterias malas y respetar las buenas que hay en el organismo. |
Tomillo | El tomillo es fabuloso contra los resfriados y fortalece el sistema inmunitario. También es estupendo para tratar los problemas digestivos. Es antiinflamatorio, antioxidante y diurético, ayudándonos a eliminar las toxinas de nuestro cuerpo. |
Romero | También es antioxidante y diurético, ayuda a eliminar toxinas, y tiene propiedades antisépticas, fungicidas y antibacterianas. |
Aceite de oliva virgen extra | El AOVE es una grasa buena, que no puede faltar en la dieta de las personas con Párkinson. Las grasas buenas son fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso (especialmente el cerebro) y el funcionamiento hormonal. |