¿Tenemos que hacer ejercicio físico?

¿Tenemos que hacer ejercicio físico?

SÍ, con mayúsculas. Los beneficios del ejercicio físico en cualquier persona son innegables, pero si tienes diagnóstico de Parkinson puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad y solo por eso merece la pena tenerlo en cuenta, mientras los investigadores siguen a la búsqueda de una oportunidad para frenar y/o sanar el párkinson.

Tengo 63 años y hace 10 que el párkinson me acompaña. Aunque algunos de mis amigos puedan pensar lo contrario, no soy una deportista, aunque siempre he intentado realizar alguna actividad física. Y hablo desde los 35 años, antes no. Pero cuando me diagnosticaron corría dos o tres veces a la semana. Estuve un tiempo de varios meses inactiva, el periodo necesario para asumir que muchas cosas iban a cambiar en mi vida. Cuando retomé la actividad comprobé que correr me hacía sentir bien no sólo física y mentalmente, también mejoraban mis síntomas. Se lo comenté a mi médico que, lógicamente, me animó a seguir haciéndolo. Durante estos años Parkinson y yo hemos tenido ocasión de conocernos un poquito mejor. La búsqueda de información contrastada y fiable es fundamental porque te hace pasar de paciente (pasivo) a enferma de párkinson. Y, como veréis un poco más adelante, ésta no es una diferencia sólo semántica.

Una tarde ociosa y de curiosear en las redes sociales, estuve viendo el Facebook del doctor Bastian Bloem, neurólogo e investigador holandés. Tiene el doctor Bloem un currículo tan impresionante como su capacidad para transmitir con sencillez. Ha intervenido en numerosísimas publicaciones y artículos, solo o en compañía de otros neurólogos o científicos. Todos ellos escritos en holandés o en inglés ambas lenguas desconocidas para mí. ¡Menos mal que la tecnología nos proporciona herramientas para traducir!

Así fue como encontré una conferencia online del 10 de octubre pasado con el título «What type of exercise is best for PKP?» Como no tenía subtítulos en español, trasteé en los iconos y encontré la opción «traducir». No es muy buena pero te permite seguir su exposición. El enlace lo incluyo al final.

En primer lugar realiza dos matizaciones importantes. Una es entre «paciente» y «persona con párkinson» que nos otorga un protagonismo fundamental en las acciones y decisiones que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad.

Por otro lado diferencia entre «deporte» que tiene un cariz competitivo, y «ejercicio físico» entendiendo éste como «un movimiento físico vigoroso y espontáneo que involucra un patrón de respiración cambiante y tiene como objetivo mantenerse saludable o desarrollar una constitución sana». Esta definición aparece ya en un libro escrito en el siglo XVII por Giuliano Mercuriales.

Son innegables los beneficios del ejercicio físico: protege la salud de los huesos, previene la demencia, alivia los síntomas motores, es bueno para el corazón, los pulmones y los miembros.

El ejercicio físico tiene propiedades antiinflamatorias y existen estudios que demuestran claros indicadores de la mejoría de los síntomas del párkinson.

Afirma el doctor Bloem que el enfermo de párkinson debe comportarse como un deportista de élite cuidando su dieta, el sueño y el estrés.

Pero el ejercicio físico tiene que cumplir unas condiciones de intensidad y frecuencia. El doctor Bloem, cien por cien convencido de los beneficios del ejercicio físico, recomienda que se realice todos los días, alternando los de intensidad con otros de coordinación y el entrenamiento de fuerza.

Os recomiendo que le escuchéis. Su convicción viene avalada ppor los resultados obtenidos en los diferentes estudios que expone. Debe formar parte de nuestra rutina, como un medicamento más. Aprovechemos sus beneficios. Merece la pena intentarlo.

Rosa Blázquez

Aquí puedes ver el vídeo de Blass Bloem

 

 

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