Encontrar mi camino
Entre planos contracturas y masajes
se iba asomando aquel huésped, sin mediar invitación
Y de forma inadvertida
fue ocupando su lugar
casi en un anonimato, solo, no llamaba la atención
Y así pasaron los meses
unos cuantos… no sé bien
Hasta que llegó esa noche
que creo nunca olvidaré
Era fin de temporada, no había mucha ocupación
y una sonrisa me hablaba, una cara de guasón
Ya no quería anonimato, quería ser huésped de honor
Tenía poderes, decía
¡Vas a depender de mí!
Y aunque estaba acorralada
con esa amenaza real,
enfrenté sin complejos
Le gritaba a viva voz
¡Nunca fuiste mi invitado!
¡Esta es mi casa y te vas!
Pero el guasón disfrutaba; y hasta tribuna encontró
desde donde declamada, lleno de satisfacción:
¿Puedes no reconocer el poder de Liliput?
¿Ese que habita tu casa y no cesas de esconder ?
Yo reduje tu escritura, tus pasos y entonación
Ni que decir de tu mano que ya no puedes usar.
Y se fue envalentonando, y elevando su crueldad
habló con voz retorcida, por lo que venía después
Dijo que su mayor logro
de su poder ante mi
fue ir al país de gigantes
al Brobding de Gulliver para aumentar mis temores
Tristeza y desolación
Esa noche fue terrible
Invadió mi intimidad,
Me dejó ver que en la pierna
algo pasaba también
Y a partir de ahí yo fui otra
Casi me paralicé
Su dominio era absoluto,
mi dependencia total
Pero al tiempo pedí ayuda
A una amiga de oración
Y un día me sentí rodeada
De buena vibra y demás
Muchas manos me abrazaban
Y su rostro era el de Dios
Ya el país de los gigantes
No hace mella en mi emoción
He alejado los temores
Prefiero confiar en Dios
Liliput sigue presente
aunque en menor proporción
Fruto de tantos recursos
Que he tenido que apelar
Muchos cambios en mi agenda
Nuevas horas que incluir
Médicos de todo tipo
Medicinas a granel
Gimnasio y osteopatía
se suman a lo habitual
Distribuido entre trabajo
iglesia y comunidad
Incluyendo el social media
Mi canal con los de atrás
Otros cambios aprendidos
Fue pensar en lo trivial
Porque cada gesto ahora
necesita una intención
Cómo balancear los brazos
Y caminar natural
O apoyar bien el talón
Para no arrastrar el pié
O evitar esas comidas
Como la sopa o arroz
que increíblemente requieren
de una gran motricidad
Pero lo más importante,
a manera de lección,
es hacer más por los otros
que demanden mi atención
Zafándome de aquel ego,
actuando con humildad,
caminando dignamente,
sin dejar de sonreír.
Ana Victoria