LO QUE NUNCA TE DIJE
«Por las mañanas, cuando te levantes, tendrás más temblor en tus manos. Según avance la mañana ese temblor disminuirá, pero seguirá ahí, incordiándote. A la hora de escribir notarás el cansancio de tu mano. Irás con una lentitud mayor y cuando te pongas a estudiar tardarás en concentrarte. Vas a necesitar más tiempo e incluso tendrás que parar.
Habrá momentos en los que estés bien, pero en otros la tristeza y la ansiedad pueden vencerte y solo querrás llorar. Puedes llegar a tener momentos de depresión.
Tu cuello parecerá irse hacia un lado y sentirás que te pesa. En otros momentos notarás pinchazos que no te dejarán dormir. El hombro puede dolerte también e impedir que descanses bien de noche y seguir dando guerra de día. Tus manos y piernas se dormirán de repente y te costará caminar hasta que se pase.
Te vas a encontrar con diferentes límites en tu vida tanto personal como profesional que no te van a permitir hacer una vida normal. Pero no eres un «bicho raro». Debes saber que aunque en la sala de espera hayas visto a personas mayores con tu misma enfermedad, también hay gente joven como tú. No estás sola.»
Carmen Tosar González