Visibilidad. Contando mi día a día
Siempre he tenido en mente el compartir mis vivencias cómo parkinsoniana, ya que durante los dos años que llevo diagnosticada he observado que el hecho de dar luz a mi enfermedad de una manera natural me ayuda mucho a sobrellevarla, y además ayuda a mucha gente. Tras explicarles todo mi proceso se abren, y liberan toda su mochila.
Este tipo de interacción, como si de una terapia se tratara, sana la mente y nos devuelve a un estado de paz en el que es mucho más fácil la interacción. De repente, la conversación ya no se basa en los logros conseguidos de cada uno, sino en el amor y el respeto a los demás. Amor y respeto que he recibido de personajes de toda clase social. ¡Que bonito, joder!!
También es verdad que mi actitud frente al párkinson siempre ha sido positiva. Siempre cuento que tengo la sensación de ser mejor persona tras conocer mi diagnóstico. Que huyo de cualquier conflicto e inconscientemente busco la paz. Y eso se transmite. Mola.
Tampoco es que de repente me haya convertido en el Dalai Lama, eso mis amigos más cercanos os lo podrían corroborar (jajajaja) de hecho soy bastante «culodemalasiento».
Pero siempre pienso… «bueno, pues si mi parte derecha tiembla como un flan y esta rígida como un garrote… ¡pues aprenderé a usar mi izquierda!» Si hay gente que sabe dibujar con la boca o incluso los pies, yo también puedo con mi izquierda. Así que ahora doy mis clases de artes plásticas con la zurda.
Esto me recuerda el día en el que les conté a mis alumnos de secundaria que tengo párkinson. Tenía mucho miedo. Pensé que están en una edad muy conflictiva y que posiblemente podrían ponerme mote. Pero nada más lejos de la realidad. Recibí lágrimas de empatía, una atención absoluta, y amor en sus miradas.
Todavía se me pone la piel de gallina al recordarlo.
A estas alturas de lectura, quizás entendéis mi finalidad en este nuevo perfil. Visibilidad. Contando mi día a día. Conocer a gente que, como yo, tiene que luchar el día a día contra una enfermedad neurodegenerativa.
Normalizar…. Difícil, ¿no?
Sí, pero no imposible.