¿Somos guapas?
La belleza, la inteligencia, el dinero, la simpatía, la abnegación o la seguridad en uno mismo son atributos que convierten a una persona en más deseable o deseada, según las prioridades y las necesidades de cada uno. También existe lo opuesto. Si estos factores los consideramos cualidades, en el otro lado están las carencias o las manchas que hacen que a priori una persona resulte menos atractiva. Me pregunto si entre estos “anti atributos” estará el párkinson. Probablemente sí.
Me pregunto también si una persona con párkinson puede resultar atractiva. Pienso que sí. Siempre que no dejemos que el párkinson eclipse todo lo que somos y poseemos.
Escucho y leo vuestras historias, veo vuestras caras y vuestros cuerpos, observo vuestras miradas. Sois mujeres inteligentes, guapas, seguras de sí mismas y con una fortaleza admirable. Quizás nosotras, que conocemos la enfermedad, pensamos que no nos gustaría tener como pareja a alguien con párkinson. Sin embargo, si éste ocupa su espacio adecuado, si no le otorgamos un lugar privilegiado en nuestra vida, somos mucho más que enfermas, víctimas y activistas.
Poner el párkinson en el centro de tu vida es poco atractivo. Situarlo en un lugar secundario, aún siendo una enfermedad, también puede ser motivo de admiración y respeto. Ahí lo dejo.