Si has sido diagnosticada de Párkinson, te invitamos a cambiar algunos hábitos, como la alimentación. Tus síntomas mejorarán y tu medicación será más efectiva.

Tengo Párkinson. ¿Y ahora qué?

Si estás leyendo este blog, lo más seguro es que tú (o alguien muy cercano) hayas sido diagnosticada de párkinson y te preguntes si puedes hacer algo para estar mejor. La buena noticia es que sí puedes hacer varias cosas para estar mejor durante más tiempo, y una de ellas tiene que ver con la alimentación.

Seguro que tu neurólogo o tu enfermera te han recomendado, tras tu diagnóstico, que lleves una vida sana, procures dormir bien y evitar el estrés, que hagas ejercicio y que te alimentes “bien”, por ejemplo siguiendo las directrices de la dieta mediterránea

El problema es que estas recomendaciones, aunque acertadas, son poco concretas. ¿Qué significa “hacer ejercicio”? ¿Y “comer bien”? Para cada persona puede significar una cosa diferente. Además, tras un diagnóstico así, una se queda en shock y muy de fondo oye lo de la dieta mediterránea y lo del “comer bien” y casi ni le da importancia

Por otro lado, en el fondo todas pensamos que ya comemos (más o menos) bien. A mí me pasaba. Todas comemos una ensalada y un poco de pescado de vez en cuando, ¿verdad? Durante muchos años pensé que con eso y un poco de ejercicio bastaba

Además, yo tenía la suerte de no engordar demasiado si no comía bien, así que, como más o menos siempre estaba en el mismo peso, inconscientemente identificaba delgadez con salud, cosa que no tiene por qué ser así. 

Yo comía regular (tirando a mal) con frecuencia, sin fijarme mucho en lo que entraba en mi cuerpo, y siempre con la excusa de “estoy ocupada”, “no tengo tiempo”, “hoy tengo mucho trabajo”, “cenamos cualquier cosa” o la mejor de todas: “Es que no sé cocinar y me da mucho palo aprender.” ¿Te suena?

Por qué es importante comer bien si tienes Párkinson

Cuando me diagnosticaron párkinson con 36 años, me tuve que replantear muchas cosas. Busqué información y me di cuenta de que mucha gente diagnosticada de párkinson parte de un estado carencial: es frecuente que haya en nosotros déficits importantes de vitaminas, minerales, micronutrientes, grasas buenas… y es habitual que también tengamos una microbiota intestinal pobre. 

La microbiota es el conjunto de bacterias que hay en nuestro intestino haciendo un montón de funciones importantes. Estas bacterias no solo digieren la comida y la descomponen para que el cuerpo absorba los nutrientes: también protegen las mucosas del intestino, impermeabilizándolas para que no se reabsorban toxinas; y también se encargan de proteger nuestro sistema inmune, gran parte del cual se encuentra en el intestino. 

Cuando esta microbiota es pobre, poco variada y/o está llena de bacterias malas, es cuando se habla de disbiosis intestinal

Hoy en día se habla mucho del intestino como del segundo cerebro. Y es que se ha descubierto que también en el intestino hay muchísimas neuronas y que, de hecho, el intestino está mucho más conectado al cerebro de lo que creíamos. Tanto es así que, a día de hoy, se tiene bastante certeza de que, por lo menos, hay un tipo de Parkinson que se origina en el intestino

Supongo que empiezas a ver por dónde voy: cuidar de tu intestino es cuidar de tu cerebro. No es una metáfora ni una manera de hablar. La salud de tu intestino está directamente relacionada con la salud de tu cerebro. 

La disbiosis intestinal está directamente relacionada con el desarrollo de enfermedades autoinmunes, enfermedades inflamatorias del intestino y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

Seguro que ya entiendes mejor por qué alimentarte bien es tan importante ahora que tienes Parkinson. 

¿Tienes más dudas sobre por qué debes alimentarte bien si tienes párkinson? ¿Quieres contarnos tu experiencia? Te animamos a hacerlo en los comentarios.

 

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