La vida puede cambiarte

Siempre escuché la repetida frase que nos recuerda que la vida puede cambiar en un minuto. Yo la cambié por «la vida puede cambiarte en el tiempo que al doctor le lleve decirte: Parkinson, cuando estás esperando escuchar el diagnóstico»

Tenía 50 años, ejercía  mi profesión cómo Contadora Pública, y tenía una hija de 9 años. A pesar de que no me sorprendió, me hizo pensar que tenía que parar y organizarme. No quería que mi hija se quedara con el recuerdo de una madre tomando muchos medicamentos y que no podía  hacer algunas cosas. Escondía el libro de Florencia Cerrutti «Renacer a los 50» a partir del cual se formó este grupo que tiene nombre oficial pero que yo llamo Mujeres Poderosas. Lo dejaba en mi mesa de luz pero con la tapa para abajo para que ella no viera que decía «el Parkinson como punto de partida». ¡Qué ilusa yo!. cómo me decía mi psicólogo M. T. ,que me acompañó los primeros años,¿ cuántas veces al día piensas que tu hija dará  la vuelta a ese libro y ya sabe lo que tienes?

Sin síntomas casi, con muy poca  medicación y sin prolopa a la vista me dije a mí misma que esto sería muy fácil.

Desde ahí hasta el día de hoy muchas cosas han cambiado. 

Mi hija ya no tiene 9 años, este año cumple 15. Los síntomas dejaron de ser invisibles, la prolopa es parte de mi vida y todo ésto ha llevado una evolución, por momentos dolorosa, por momentos de rebeldía y rabia, y en su mayoría con la decisión tomada de no pelearme con este Sr. inglés. Mr PK, llegó para quedarse. Yo lo comparo con esos parientes molestos que deseamos no venga a fin de año. Pero una vez que vinieron más vale nos tomamos unas cervezas y nos llevamos bien, porque de lo contrario nos arruinan la fiesta. Y este convidado de piedra no te arruina la fiesta, te arruina la vida. Lo que falta entre los primeros síntomas y la que soy hoy son temas para próximas aportaciones.

Encantada de unirme a ustedes , me dijo Verónica que enviara una foto.

Besos

Mónica Pérez

Colonia de Sacramento (Uruguay)

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