El mundo al revés

En la mayoría de las enfermedades, cuando se habla de cuidadores, en un 99 % se trata de
una mujer joven que cuida de un anciano o de unas manos jóvenes que sujetan unas manos
arrugadas por el paso del tiempo.

Me pregunto si; alguien se ha puesto a pensar en que personas jóvenes que vuelven a ser
cuidadas por sus padres.

La pareja se va a trabajar y allí te ves con un hogar que atender: cocinar, ropa que lavar, ah, y
los ejercicios para el párkinson

Te dicen que dejes la casa, que ya se limpiará, que cocines algo sencillo o que los chicos no se
cambien tanto de ropa. De verdad, ¿alguien se cree que la casa se limpia sola, que comemos
todos los días arroz blanco o que los chicos deben llevar la misma camiseta?

¡Pon una señora que te limpie la casa! Sí, -una vez a la semana, porque entre gimnasio,
logopeda, fisioterapia, supermercado, agua, luz, teléfono, seguros, impuestos y; combustible,
no se puede.

Para más inri, esta enfermedad no me deja ser la misma cada día. Como ya hemos dicho
muchas veces, programamos el día en función de cómo esté al poner el pie en el suelo cuando
nos levantamos por las mañanas.

Hoy me siento bien y con ganas, se ve que voy a tener un buen día, puedo hacer algo más de lo
habitual. ¡Vaya! El pie izquierdo fatal, la musculatura de la pierna derecha contraída, ¡qué
desgana! Ni en el gimnasio he tenido un buen día. Caminar imposible, correr y saltar sí.
Y es en esos días cuando la figura sempiterna de mi madre viene al rescate. ¡Qué
contradicción! Cuando yo debería ser quien cuidara de mi madre es ella quien me echa una
mano.

Mi madre, quizás como muchas otras, no entiende porqué me tocó esta enfermedad, pero no
te pregunta, para ella es suficiente ver cómo estoy.

Mi madre llega al rescate con un -tupperware-, lo mismo plancha “unas piezas “ que cocina
unas croquetas.

Mi madre no entiende de dopamina, ni de neuronas, ella solo siente que la necesito y cuando
la miro la veo cada vez más mayor, con los achaques de la edad.

Siempre pensé que, al ser la hija mayor cuidaría de mis padres, sé que no les van a fallar mis
hermanos. Pero me entristece ver que mi mundo está del revés. Mi madre me cuida y no al
revés.

Con estos pensamientos quiero rendir homenaje a esas madres que aún tienen tiempo y amor
por darnos en este mundo del revés.

Gracias Esther, Teresa, Elise, Mila, Marta, Carmen, María, Lola, Beatriz,….

Paqui Ruiz

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