Sí algo me ha enseñado ‘Con P de Parkinson’ es que compartir experiencias no sólo me ayuda a mí a descargar mis sentimientos, también ayuda a otras mujeres a decir «ves, eso es lo que siento yo»,..»esto es lo que a mí me pasa».
Cuando te diagnostican párkinson no te cuentan nada de lo que va a suceder y ahora entiendo el porqué. Estoy convencida de que si lo supiéramos el golpe sería mayor.
Cuando abro el correo y leo vuestros mensajes me pregunto cómo hemos podido sobrevivir solas con esta enfermedad. Y si hemos sacado tiempo para acudir a una asociación, cuántas hemos encontrado allí a una mujer joven y trabajadora como nosotras. Lo cierto es que pocas.
Son tantas las cosas que controlar… Las tomas de los medicamentos, por ejemplo, vigilar de no tomar las pastillas cerca de las comidas, el cole de los niños, cocinar, visitas médicas, ir a la farmacia, la peluquería, al supermercado, …¿Cuándo quieren que nos cuidemos?
Muchos de vuestros comentarios nos enseñan que somos mujeres valientes, resilientes, que podemos superar esto con aceptación, con formación y compartiendo las vivencias.
El último mensaje que recibimos nos llegó al corazón, venía de Cuba, y decía: «Con mucha esperanza, cada vez que tengo un tiempo de internet, puesto que en mi país el acceso a la red es un poco diferente, busco el blog y me pongo a leer todo lo que se ha publicado. Ahora salgo a la calle y hago oídos sordos a los comentarios discriminadores de personas que me ven temblando y preguntan si tengo una enfermedad mental, o a los que se burlan cuando ven que camino despacio hacia cualquier parte. No conocía mujeres con esta enfermedad, pues seguro que como yo han intentado ocultarlo a amigos y familiares. Las felicito por su valentía.»
Valentía la nuestra, la tuya, que has conseguido superar ese miedo a salir a calle y ya no te afectan las miradas de los demás. Valientes somos todas las que plantamos cara a este desconocido que se ha pegado a nuestra espalda y cada día es más pesado.
Porque somos mujeres valientes y no vamos a parar, porque sí algo hemos aprendido y descubierto con esta enfermedad es que somos unas luchadoras, unas guerreras, y tenemos que actuar unidas para logar que se nos escuche, que se nos mire, que hablen nuestro idioma, que levanten la vista del ordenador para escuchar nuestras voces. Juntas sumamos y conseguiremos sentarnos en la misma mesa que los investigadores científicos para explicarles cómo vivimos y qué sentimos. Queremos dejar de ser el «avis raris» que fuimos el día que nos dieron el diagnóstico.
Gracias a todas y cada una de las que se acercan al blog y dejan un mensaje directo, a quienes quieren contar sus vidas y no saben cómo. No se preocupen de cómo hacerlo, nosotras las ayudamos, porque juntas somos más. Porque como dice Sonia «ése es el poder del compartir»
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